El Danok Bat Cadete Liga Vasca logró una excelente victoria en Berio frente al hasta entonces líder del grupo Antiguoko por 1-2. El próximo rival de los de Xabi Maldonado será el Leioa en Mallona. Por otro lado, el Danok Bat Cadete División Honor consiguió una igualada (2-2) en Larrotegi contra el Lekeitio. El equipo de Atsu recibirá al Ermua en la próxima jornada.

CADETE DIVISIÓN HONOR: Eneko Ibarzabal, Yurik Franco, Ibai Pérez, Alejandro Ríos, Iker Noval, Unai Zarraga (Jon Díez), Julen Corral (Unai García), Eder Sánchez (Xabi Cortazar), Eneko Axpe, Iker Silbán (Aitor Goyoaga) y Jon López (Hugo Ruiz).

SOBRÓ UN MINUTO AL CADETE B
Así fue, llegaba el Danok a Lekeitio en la tarde del sábado, muy mentalizado, en que Larrotegi no es un campo para jugar, sino que es un campo para trabajar, y así lo hicieron los jugadores. Aplicaron todo lo que se había trabajado durante la semana con muy buen criterio. Se buscaba la espalda rival con balones en diagonal y no se le dejaba pensar al contrario. Con mucha actitud y con gran intensidad los de Fika disputaban todos los duelos y, a pesar de su inferioridad física, su casta les hacía ganadores en la mayoría de ellos. Fue en el minuto 18, cuando saliendo jugando desde atrás y en no más de cinco toques, los bilbaínos por mediación de Jonlo se adelantaban en el marcador. Con ese resultado se llegaba al descanso.

En la reanudación no se podían poner mejor las cosas,ya que Axpe con algo de fortuna materializaba el 0 a 2. Totalmente controlado tenía el partido el equipo rojillo, pero poco a poco las fuerzas iban disminuyendo, ya no se ganaban las disputas como al principio,y los espacios cada vez eran más visibles en ese campo tan pequeño. Fue en el minuto 73 cuando el Lekeitio lograba el 1 a 2. La juventud y la falta de experiencia de este equipo hacía que, en vez de dormir el partido, fueran a por el tercer gol. Gol que estuvo en las botas de Axpe, pero en esta ocasión el balón salió rozando el palo. No quedaba tiempo, estábamos en el descuento, cuando en un lanzamiento local tocaba el balón a un jugador rojillo y la parábola introducía el esférico en la portería de un Eneko que nada podía hacer. Fue un final doloroso ya que se perdían dos puntos en el último suspiro, pero la imagen del equipo fue muy buena, viendo que todos estaban muy comprometidos y sabiendo qué hacer en todo momento. No era un partido para hacer juego bonito, sino era un encuentro para ponerse el mono de trabajo y esto fue lo que hicieron el Cadete B del Danok. La semana que viene toca hacer bueno este punto contra otro duro rival, el Ermua, pero esta vez será en Mallona, donde si podrán sacar a relucir la calidad que tiene esté equipo en sus botas. Goazen Danok.

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